Como un pura sangre, cabalgas por la tierra a tu antojo, libre… sin descanso… te admiran por tu belleza y encandilas con tu encanto… sin freno ni dirección, te dejas seducir, pero no entregas tu alma más, que a quien tú quisiste elegir… si el caballo de Atila fueras, lo montarías tú a él… eres siempre, como tú quieres ser… para ser como el resto, está el resto ya, que tú eres pieza única, que todos desean poseer… y solo descansarás, el día que tu hermosa yegua, se deje acariciar!
MXE
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