Como una suave pluma, mecida por el viento… como un suspiro preñado, de inmenso desaliento… como una flor que se marchitó, recién estrenado su esplendor... así, como la lluvia que recorre incesante su ciclo hacia el mar... como un cisne que se pasea indolente sin mirar atrás... así la vida se nos va, por mucho que seamos o por mucho que tengamos, nadie a esa sentencia puede escapar... para ello la naturaleza nos ha de preparar, llevándose nuestra riqueza poquito a poco y sin parar, pero cuando esto ocurre en la flor de la edad, no es que duela más, es que es lo más triste que se pueda imaginar... si te vas dejando tus logros, alguien te recordará, pues quien se va y no es recordado, se muere mucho más!
MXE
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