Habitante de mis sueños, rey de mi corazón, el destino nos unió sin dejarnos otra opción... el angelito ciego, con su flecha nos hirió y eso no tiene remedio, eso lo sé yo... aunque han pasado siglos, desde la primera vez, no necesito fijarme, en nadie que no sea el... y eso que ya no somos, esos cuerpos ni esos logros... que ya no levantamos las olas, al caminar junto al mar... que perdimos la lozanía, la esbeltez y la osadía... que somos dos barquitas que zozobran al faenar... pero si me buscas como siempre, me vas a encontrar, pues tengo yo mi alma, llena de tu amor a
rebosar!
MXE
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